Comunicado 2 de Septiembre 2014. Homenaje a Doña Chelo y a Don Agustín.

Texcoco Estado de México a 2 de Septiembre de 2014

ozHomenaje a Doña Chelo y a Don Agustín.

Recibí hace dos días la triste noticia: dos ancianos venerables han muerto en semanas pasadas.

Don Agustín, señor guerrerense que compartió conmigo sus historias e ideas, cuando fue velador y vigilante en nuestras escuelas. Dispuesto siempre a trabajar, a cooperar, a poner su esfuerzo tanto en la actividad cotidiana de la escuela como en la lucha social, a pesar de las limitaciones de su vista y de su progresivo deterioro en la salud.

Nos quedó pendiente ir a su tierra para hacer una escuela; me lo propuso a la vez que me platicaba su inmensa pena por haber perdido a su hijo, hombre de éxito que fue asesinado y que, como yo, había estudiado agronomía en Chapingo. Quedó pendiente hacer algo en su terreno, sus tierritas abandonadas desde que tuvo que venirse a vivir a México y que en años pasados eran fértiles productoras de vida agrícola y ganadera.

El señor valiente e íntegro me mandó una carta desde los primeros días de mi encarcelamiento y estoy avergonzado por no haberle respondido. Todos sabemos que es inocente y lo apreciamos, me dijo Don Agus con su magnífica letra. Ahora me queda esperar el tiempo que sea necesario para encontrarme con él y desde allá, donde nos encontremos, sigamos vigilando la escuela como lo hacía él, seriamente, responsablemente; cuidaremos las aulas y las áreas verdes, como se cuida la siembra, como se quiere al maíz.

Doña Chelo, la gran señora Consuelo Maya, la abuela, la maestra indiscutible en las cosas de la vida, dejó La Cartonera, El Pino, San Isidro Chicoloapan, San Isidro de la Paz, las casitas, la colonia perdida, la abominable meca de la miseria y corrupción.

Fue en 1996 cuando mi campaña por la diputación al 40 distrito del PRD me llevó a su casa junto con Álvaro y otros compañeros.

En su pequeña tiendita, que ocupaba la mitad de su casa de láminas de cartón, sentados a la mesa, siempre limpia pese a las tolvaneras despiadadas, me adoptó como “mi niño”. Se hizo la compañera, la guía, la figura de luz por los siguientes años en la acción y autogestión de la UPREZ, del PRD. Con ella vivimos el primer triunfo de la izquierda en Chicoloapan: hicimos presidente al Pollo San Martín, pero luego ignoró su compromiso de regularizar San Isidro, en cambio, alentó el ecocidio de Geo, Ara, Beta, Hir, porque esos consorcios si le aportaron ganancias.

 

 

Doña Chelo aprendió con nosotros la organización y nos enseñó a enterrar nuestros muertos; la vinos levantarse del dolor y la soledad cuando murió su amado Cornelio.

La entrañable michoacana soñaba con tener una casa bonita y una tiendita bien surtida para seguir trabajando, para seguir socorriendo a los que nada tienen. Viví su generosidad solidaria para otros y para mí; los 21 días de huelga de hambre en 1999, frente al palacio municipal, estuvo con nosotros, muy atenta a que tuviéramos suero, siempre al pendiente de que no nos atacaran los priistas.

Hay señora! Que vacío más amargo estando preso. Que consternación dolorosa no haber asistido a su funeral, a su agonía, ¡qué vigilia tormentosa sabiéndome sin usted!

Doña Chelo conoció a mi madre, a mis hijas, mis hermanos y mis compañeros; a todos los bendijo, a todos los abrazó con su fuerza blanca y mirada de miel. ¡Qué honor cruzar su camino!

Mi homenaje a ella es mi lucha por la libertad, la lucha de un inocente por la justicia, la lucha en la que ella hubiera estado sin condición, si hubiese podido.

Para Don Agus, para Doña Chelo, aunque sea con el corazón marchito, todo mi respeto y cariño.

Mis condolencias para la Profesora Margarita y su familia, para los deudos de Doña Chelo.

Ya su materia se convierte en recuerdo y en compañía callada desde el cielo; sus palabras y sus actos son la guía segura para cruzar la desventura; porque el cariño y el respeto de los viejos no se compra, y me lo dieron claros y honestos,

Gracias y hasta luego.

Un abrazo, hasta donde estén.

Oscar Hernández Neri

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