Mi regalo de año nuevo. Comunicado 8 de Enero 2018. Pof. Oscar Hdz Neri

Reclusorio de Texcoco,

Estado de México a 8 de Enero de 2018.

MI REGALO DE AÑO NUEVO.

El pasado Martes recibí la visita de la Maestra Paty y su mamá, de mi hermano Adán y mi hermana Miriam. Iniciamos el año maravillosamente en este sitio de dolor. Nos abrazamos haciendo la comunión solidaria y fraterna propia de quienes pierden al hermano mayor y de los que comparten el infortunio ya de la enfermedad, ya de la prisión. Platicamos sobre mi proceso legal, de política, del magisterio, de la sanación…Nos deseamos la paz y acordamos conseguir la libertad este año. Recibí de manos de Paty 143 obras de arte de los pequeños y pequeñas del preescolar Alberto Durero, dibujos que me enviaron para hacer patente que estamos en su prodigiosa conciencia. Desde aquí un abrazo cariñoso de agradecimiento para cada uno de ellos y ellas. También me entregó doce cartas de sus familiares, estupendos mensajes que recibo como bálsamo y como aliento para resistir con templanza. Agradezco infinitamente a cada quien ese tiempo y ese pensamiento que han dedicado a mi persona, me siento honrado. Les envió una carta privada y, esperando no cometer una imprudencia, hago pública mi respuesta a las preguntas de Mextli Yoali porque ella al igual que yo y que muchos, necesitamos ser escuchados, necesitamos dialogar y recibir un poco de lucidez: un saber que nos encamine, al menos una coordenada para orientarnos.

CARTA A MEXTLI YOALI

Me preguntas si tengo miedo, a qué tengo miedo y qué hago para enfrentarlo.

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He sentido miedo a tantas cosas, las conocidas porque lastiman y a las desconocidas porque no sé lo que pasará. El miedo no es para enfrentarlo, es para vivirlo, como ángel de la guarda, como escudo contra la espada enemiga, como mapa para guiarte en el extravío, como catapulta que te lanza al otro lado de la cerca y como el verdadero color de la piel.

El miedo es el paso previo de la salvación, en esa distancia hablamos, y sabemos escuchar, es el nido donde nace y se cría el dialogo interno, la sinceridad con unos mismo.

Cada quien reconoce u oculta su miedo y no puedo recomendar cómo evitarlo, puedo decir cómo lo he vivido. Para amortiguar su crudeza me ha funcionado dialogar, preguntar, pedir consejo, escuchar, comprender. Primero fue mi mamá, mi papá, luego mis hermanos, mis amigos, los maestros, los dirigentes, mi pareja: mi refugio y mi turbina.

Siempre que he buscado un libro, he sido encontrado por él para contrarrestar angustias y temores. He aprendido que lo que me ocurre, lo que siento, lo que me mortifica, también otros lo han padecido y alguno, ineludiblemente, ha escrito al respecto. Nunca falta un autor que me comparta su travesía en un texto.

Novelas, cuentos, filosofía, ciencia, religión, dialogan en los libros con el que busca respuestas o buen consejo; sin juzgarte y sin cobrarte el favor; sin reclamarte si lo rechazas; sin chismoso o chismosa que divulgue tu secreto.

Leí en Las enseñanzas de Don Juan, de Carlos Castaneda, que el hombre de conocimiento –el guerrero-, aunque yo agregaría que también la mujer de conocimiento – la guerrera-, tienen cuatro grandes enemigos a los que debe enfrentar y sobrevivir:

  1. El miedo

  2. El poder

  3. La ignorancia

  4. La vejez

Nos dice que quien tiene miedo está impedido para avanzar, para experimentar, para trascender. Si dominas el miedo, entonces tienes poder y el poder te ciega, te vuelve egoísta, soberbio, inhumano. Para vencer tu poder hay perder importancia personal, asechar tus propios errores.

Si tienes poder y eres ignorante, entonces tus decisiones y tu manera de ser será herrada, mezquina- como la de tanto gobernante, policía o juez-, carente de sentido social, lleno de injusticia. Si has vencido, el miedo, el poder y luchado contra tu ignorancia, sólo queda la vejes, a ella no se le vence, ni se le evita, es ineludible.

Pero en otro de sus libros, Castaneda afirma que el brujo tolteca, Don juan Matus, le afirmó respecto a la vejez:

“No honro acuerdos en los que no participé y

la vejez es uno de ellos.”

Con la vejez hay que vivir, fluir en un eterno presente, instante a instante. El tema de la vejez será objeto de otra carta. Ahora volvamos al miedo.

Dostoievski en Crimen y Castigo me ayuda a vivir mis miedos, dice:

“… la satisfacción del triunfo, la sensación de estar a salvo, eso era lo más interesante para él en aquel momento, sin el menor pensamiento para el futuro y sin atormentarse con las preguntas más elementales…”

Cuando me invade el miedo, mi imaginación se desboca, como caballo sin freno, pero luego de atreverme a sobrepasar mis limites me doy cuenta de que las cosas son muy diferentes a como las imaginaba. La realidad es bien distinta a la imaginación paranoica. Siempre me da gusto y me enorgullece haber salvado una situación difícil. Me percato de que tenía capacidades o facultades para sobrevivir, para resistir, para librar la batalla, de las que no era consiente. Y cuando he enfrentado las consecuencias de mis errores, de mis excesos, de mi egoísmo, cuando no me pone límites el miedo, entonces me percato de que soy pequeño, de que me hace falta la mesura, la sencillez, la humildad.

Si uno espera estar a salvo, alcanzar la satisfacción del triunfo, hay que fluir en la inconmensurabilidad del presente, ser uno con el todo, abandonar el pasado porque es sufrimiento y evitar el pensamiento futuro que atormenta con preguntas, que causa miedo. Me interesa compartir un pasaje de Krishnamorti en su libro La vida es acción:

“… esa revolución sólo puede suceder si uno se da cuenta de su propio miedo, si una es capaz de mirarlo directamente. El miedo siempre está vinculado con el pasado o con el futuro, dentro de los límites del tiempo. No hay miedo en el presente, aparece porque queda atrapado en el recuerdo o porque se anticipa. Si quiero comprender el miedo, no puede haber mecanismo de defensa. Mirarlo sin condenarlo ni aprobarlo, es más, sin ponerle nombre…”

Lo he vivido, me consta. Compañera Mextli, a ti y a todos y todas quienes luchan por un mundo mejor, les necesitamos serenos, re-evolucionado, comprendiéndose a sí mismos y comprendiendo a toda criatura que mora en este mundo.

¡Nos faltan 43!

¡Que florezca la libertad y se multipliquen los caminos de lucha!

¡Hasta la victoria CNTE!

Oscar Hernández Neri.

Fuente: http://niunpresuntoculpablemas.org/2018/01/mi-regalo-de-ano-nuevo/

 

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