10 de abril del 2017
Hoy decimos: ¡ya basta!
Más allá de la última estación del metro salen los camiones al fin del mundo…
Somos de aquella herradura que rodea la ciudad de México; que la cobija, le da alimento, agua y aire para vivir.
Somos quienes trabajan en los grandes corporativos, en las colonias gentrificadas y de alto valor comercial; quienes limpiamos los hogares, las oficinas, quienes hacemos brotar la comida del campo.
Somos aquellas personas cuyo derecho a caminar es una obligación y la bicicleta fuente de trabajo; quienes ven molida la mitad de su vida en las tripas del transporte público.
Somos quienes habitan detrás del río contaminado, entre árboles masacrados y bajo una enorme nata de cochambre.
Somos a quienes se les ofrecen cascarones de huevo como hogares y plazas comerciales como único lugar para expandir el espíritu.
Somos también quienes vivimos la violencia más extrema: los feminicidios; asaltos, desapariciones, muerte a manos del marido, del novio, de la policía, del narco.
Somos para quienes salir a la escuela, al mercado, a tomar el transporte en la esquina, significa el riesgo de no volver jamás.
Pero somos también quienes cuidamos los territorios, los bosques, los cuerpos, la cultura: la vida.