VILLA GUERRERO, Estado de México.- Se acerca el Día de las Madres y los pequeños, medianos y grandes productores se preparan para cosechar y empacar millones de flores que sembraron desde enero y febrero para vender el 10 de mayo, que es el día más importante para los floricultores del Estado de México.
La carga de trabajo se siente sobre todo en Villa Guerrero que, de acuerdo con la Secretaría del Campo, se ha convertido en la capital nacional de la floricultura por su elevada producción y desarrollo técnico, pero también por ser un espacio estratégico para la comercialización, la logística y la exportación.
Fueron los inmigrantes japoneses quienes introdujeron en la década de 1940 el cultivo de flores de ornato como claveles, crisantemos, rosas de campo y gladiolas en Texcoco y Villa Guerrero, tradición que los productores conservaron hasta convertir al Estado de México en el mayor productor de flor a nivel nacional, pues el territorio mexiquense y sus condiciones climáticas son propicias para la floricultura.
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