Un trauma ambiental El caso de la Unidad Habitacional “El Encino”

 

Gestación de El Encino

En 1990 se inicia un movimiento de solicitantes de vivienda convocado por profesores de la entonces Preparatoria Popular Chicoloapan y uno de los dirigentes de la ULP 15 M (Unión de Lucha Proletaria 15 de Marzo), organización de colonos creada para gestionar servicios y mejoras comunitarias en la creciente población de avecindados en las tierras ejidales agrícolas de las colonias Revolución, Emiliano Zapata, Venustiano Carranza, Santa Rosa, San José, Francisco Villa y Ejercito del Trabajo. El grupo de solicitantes de vivienda se adhirió al movimiento urbano popular del Valle de México y particularmente a la UPREZ (Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata) organización social que en el Distrito Federal había ya producido cientos de viviendas para gente de escasos recursos.

Luego de seis años de vicisitudes en la gestión del crédito con el que se compraría el suelo y se construirían las casas, finalmente se inaugura El Encino el 10 de Abril de 1996 con sesenta viviendas unifamiliares bajo régimen condominal en 9 mil metros cuadrados.

Participativamente se hizo la planeación y diseño. La asamblea distribuía tareas y tomaba decisiones colectivas con asesoría de los dirigentes de la UPREZ, además de ingenieros y arquitectos a los que se pagaba sus servicios. En el proyecto se contemplaron lotes de 90 a 100 metros cuadrados, casas de dos niveles con un área construida de 135 metros cuadrados, área de estacionamiento (en casas con vista a la calle), jardín, sotehuela, y servicios básicos; un área común al centro del predio para la práctica deportiva y el juego infantil; un estacionamiento central; un espacio para la cisterna y equipo de bombeo general; y, un concepto ecologista para el uso de andadores, áreas verdes, reciclaje del agua, cultivo de árboles frutales y cercos verdes para delimitar los lotes.

Durante los seis años de gestión se hicieron asambleas dominicales y múltiples visitas, marchas y plantones de presión a las autoridades municipales, estatales y federales. Se promovía el ahorro interno para incrementar los alcances del crédito conseguido ante FONAPO, que ascendió a 2500 salarios mínimos de la época por solicitante y para los gastos de operación y pagos menores.

A diferencia de los fraccionamientos populares irregulares que es el principal tipo de poblamiento en la región, El Encino es del tipo “conjunto habitacional”, construido mediante la inversión mixta, recursos privados de cada solicitante, y público, por el crédito de FONAPO, proveniente del gobierno federal, que debe pagarse con intereses relativamente bajos en mensualidades tasadas en el salario mínimo vigente, durante 13 años.

El grupo de solicitantes fue siempre heterogéneo e inestable debido a la tardanza con la que se concretaba. Unos entraban y otros salían. Cuando vino el momento de pagar el enganche para comprar el suelo quedaron sólo aquellas familias con mejor nivel de ingresos; no pudo mantenerse a los más pobres, a pesar de que habían ofrendado varios años de participación; la urgencia de pagar obligó a excluir y preferir a otros menos necesitados. Todos formaron parte de la Asamblea, algunos eran núcleos familiares grandes y otros sólo la pareja, tenían edades diversas, domicilios de origen muy variado, costumbres distintas, pero los reunía consistentemente la expectativa de una vivienda con proyección ecologista. El proceso autogestionario, ligado a la UPREZ, se desenvolvió paralelamente con algunos procesos políticos y electorales asociados al PRD y en buena medida también a procesos de discusión, debate y aprendizaje en torno a los derechos humanos, a la planeación urbana, a la formación de ciudadanía y al crecimiento organizacional. Entre los solicitantes hubo profesionistas, gente con poca historia escolar y profesores. Entre los acuerdos que pudieron construirse para regular el funcionamiento futuro del conjunto habitacional, bajo los principios de participación, colectividad y democracia estuvieron entre otros:

· Destinar los andadores internos a áreas empastadas para la absorción de agua de lluvia, limitando el acceso vehicular sólo a un área central

· Preservar una casa, la llamada “casa de todos” para los servicios comunitarios que se hicieran necesarios

· Delimitar los lotes, en sus áreas verdes, con especies vegetales, evitando cercos o barandales que rompan la continuidad en la arquitectura del paisaje

· Cultivar en los lotes y áreas comunes árboles frutales de porte mediano, plantas de ornato y medicinales

· Racionar el uso del agua con un equipo hidroneumático y cisterna generales, además de tinacos individuales para evitar las cisternas por lote

· Reutilizar el agua de lavabos y regadera en las áreas verdes

· Prorratear entre todas las casas los gastos y el trabajo que represente el mantenimiento y consolidación de espacios e infraestructura comunes

· No modificar las fachadas los cercos y las áreas comunes a fin de conservar uniformidad en la imagen del conjunto

· No vender, traspasar o rentar viviendas a menos de que sea analizado y aprobado por la asamblea de condóminos

 

Deja un comentario

Cartelera Chicoloapan
Chicoloapan entre los municipios con mayor crecimiento en número de accidentes de motocicleta
Chicoloapan entre los municipios con mayor crecimiento en número de accidentes de motocicleta
Feria de Empleo en Chicoloapan 14 de Noviembre
Feria de Empleo en Chicoloapan 14 de Noviembre
previous arrow
next arrow