La presidenta Claudia Sheinbaum, se atrevió a pisar tierras del Oriente del Estado de México, ese lugar inhóspito a donde solo los desplazados por la grandes urbes y quienes encontramos un lugar para vivir en zonas que carecen de infraestructura pública y planificación urbana para albergar a tantos miles de ciudadan@s, fue el lugar donde a través de un pomposo evento se comunicó la estrategia de seguridad del Mando Unificado, en el cual se busca establecer una coordinación entre los tres ordenes de gobierno para darle “paz y seguridad” a la ciudadanía -vemos-. El objetivo, dicen, es reducir la incidencia delictiva en esta zona del Estado que de acuerdo a la gobernadora Delfina Gómez, representa el 52% de los casos a nivel estatal. Entre los municipios contemplados, donde por fin figura Chicoloapan, se encuentran también: Naucalpan, Tlanepantla, Ecatepec, Chalco, Valle de Chalco, Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Los Reyes la Paz, Ixtapaluca y Texcoco.
Por otro lado, el caso de la ciudadana Karla María Estrella, quien a través de un tuit se atrevió a cuestionar lo que ya sabemos que ocurre en la esfera del ámbito político en todos los niveles: el influyentismo, nos dejó en shock esta semana. Se trataba de una publicación en la red social “X” en el que se aludía a la candidatura de la ahora diputada federal de Hermosillo Diana Karina Barreras, sobre las facilidades para llegar a su candidatura gracias a las influencias de su esposo (lo que ni de chiste conocemos en Chicoloapan), a lo cual el Tribunal Electoral dictaminó una sentencia para determinar que dicho comentario de Karla Estrella, se tomaría como violencia de género y por lo tanto acreedora a una multa y disculparse públicamente por haber hecho esos comentarios “tan violentos” -tono irónico-
Y es aquí donde entra el debate sobre los límites de la libertad de expresión, de sí opinar como ciudadan@ sobre la actuación de un político y cuestionar sus incompetencias, abusos de poder, actos corruptos, así como los incumplimientos a sus cargos fueran un acto que amerite una sanción por estar “hablando de más”. Será que como en la obre de George Orwell, 1984, el ojo vigilante del poder nos tenga más que vigilados para no hablar ni expresar nuestros desacuerdos ante quienes aspiran a ser nuestros representantes políticos. Sin duda este caso no solo nos deja con el desagrado de ver a una ciudadana pidiendo disculpas por un mensaje que a todas luces no violentaba los derechos políticos electorales por cuestión de género de la entonces aspirante a diputada, sino que también nos deja con el temor de seguir levantando la voz ante las injusticias de quienes hoy nos gobiernan.
Solo nos queda esperar que esta opinión no llegue al Tribunal y nos hagan pedir disculpas estando de rodillas y con un yugo en la espalda.
Nota de la Edición.
Como medida de protesta ante lo que representa Dato Protegido, es decir, la censura y castigo desproporcionado a ciudadanos por cuestionar el actuar de los políticos, en redes sociales lanzaron el hashtag #ChingaTuMadreDatoProtegido ya que no es un caso aislado, representa también a un mosaico de personajes desde Noroña hasta la alcaldesa de Acapulco, quienes usan su poder para censurar a la población por señalar actos cuestionables.

Tristemente, gracias a la elección judicial(Acarreo del Pueblo Bueno y sabio + acordeones) los jueces son subordinados de los políticos, los ciudadanos no cuentan con protección.