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De acuerdo con la jornada…
Con la autorización de nuevos desarrollos inmobiliarios en las delegaciones centrales, la ciudad de México vive un proceso de encarecimiento del uso del suelo, que implica expulsar familias de bajos ingresos hacia zonas conurbadas, pues la oferta habitacional sólo es accesible para personas de alto poder adquisitivo, en lo que se conoce como gentrificación (termino derivado del inglés gentry), señaló Sergio Aníbal Martínez, del Colegio y de la Sociedad de Arquitectos de México.
Afirmó que este fenómeno se presenta en colonias tradicionales como Santa María la Ribera, que se promociona como La Nueva Condesa
, donde las inmobiliarias aprovechan que cuenta con todos los servicios y compran a bajo costo predios donde se asentaban antiguas vecindades, tiendas de barrio, casas unifamiliares o departamentos.
Al igual que en colonias de Benito Juárez, Cuauhtémoc, Azcapotzalco, Coyoacán, Miguel Hidalgo e Iztacalco, ubicadas alrededor del Circuito Bicentenario, se construyen complejos de 20 o más de 100 departamentos, con servicios de salón de usos múltiples, gimnasio, roof garden o spa, que se ofertan a precios elevados o tasan el metro cuadrado en dólares.
El especialista se manifestó por defender el arraigo y permanencia de las familias, por medio de mantener su vivienda tradicional o, en su caso, con la garantía de que tendrán acceso a un departamento y un beneficio económico por ceder sus predios a los desarrollos inmobiliarios, pues la intervención de éstos incrementa entre 40 y 60 por ciento el costo del suelo.
La ciudad necesita “crecer al doble para atender a 29 millones de habitantes hacia 2020, cuando no cumplimos con los 4 millones de viviendas anuales que se requieren; pero ello no debe significar la expulsión de los dueños originales
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