Sobre el 2do Motín en la Cárcel

Reclusorio Molino de las flores

Texcoco, Edo. de México a 10 de mayo de 2018.

Hermanos y hermanas

Compañeros y compañeras

Totalmente agradecido con todas las almas solidarias que participaron en la marcha del Lunes 30 de Abril pasado en Toluca, les saludo con cariño y con respeto. Nuestra causa se hizo mayor, se expresó con lucidez y como un gigante pacífico y sereno se posó frente al poder. Ahí permanecerá observándole, mirando su edificio que se derrumba, que expone sus archivos de odio, expedientes cuyo dueño no puede comprar más embusteros. Viene la libertad, porque aprendemos a alcanzarla… así, con firmeza y con calma.

SEGUNDO MOTÍN EN LA CÁRCEL

El Martes pasado, cinco semanas después del anterior, sufrimos otro motín, ahora más cruento, más irracional. Pero ahora era más previsible y hasta evitable.

Motín Reclusorio Molino de Flores

Un poco antes de las 19:00 horas, en que se pasa la lista celda por celda, los guardias hicieron un cacheo en el dormitorio 5 de dónde sacaron objetos no autorizados, a la vista de la población, lo que inició una rechifla y una lluvia de mentadas de madre. Los del dormitorio 3, de sentenciados, se rehusaron a ir la encerrón, ello motivó a la directora y a los vigilantes a bajar hasta “el pueblo” para instarlos a hacerlo. El inusitado encuentro provocó reacciones de rechazo hasta el grado en que algunos internos lanzaron objetos a las autoridades, mientras la muchedumbre gritaba en coro: mota, mota, mota. La directora y un conjunto de custodios salieron para traspasar las exclusas de seguridad a la vez que se intensificó la reyerta. No faltó proyectil que acertara en su blanco. Cuando se hizo incontenible la turba se retiraron los custodios dejando a su suerte tanto a los internos que se mantienen al margen como a los que tienen agravios o conflictos.

La conmoción es aprovechada sobre todo para el pillaje y para liberar a los que están en castigo. Abriendo candados, tumbando cercas, arrancando tubos, destapando registros, encendiendo fogatas con colchones y cobijas, amenazando y agrediendo a los más vulnerables, la masa enardecida se abre paso y llegan hasta la exclusa principal, al taller y al edificio de servicio generales, todo es saqueado y utilizado para improvisar armas, herramientas y proyectiles. Los gritos unificaban la consigna de repudio a la directora.

Pasaron más de dos horas para que actuara el personal de vigilancia y llegaran los refuerzos del exterior, cuando esto paso hubo granadas de gas lacrimógeno por todas partes para replegar a los inconformes, algunas pegan en el cuerpo causando severas lesiones. Muchos internos que se atrincheran en sus celdas, se asfixian luego de recibir amenazas, golpes o robos. Cuando toman el control tanto los efectivos de seguridad pública como los custodios, inicia la revisión y la golpiza indiscriminada en el dormitorio 3 y en algunas celdas del 2 y del cinco. Los internos identificados como participantes fueron especialmente tundidos multitudinariamente a puñetazos, patadas, toletazos y con toques eléctricos. Lluvia y expuestos al intemperie algunos fueron llevados al cubo, otros al castigo y otros al núcleo de alta seguridad (dormitorio 4). Los internos tuvieron un caótico control y tras su manifestación violenta sólo se consiguió la irrupción todavía más violenta de la autoridad. El desenlace hasta este momento no se ha visto. El horror, los golpes, el sabor del gas, el sobresalto cada que hay un portazo, esos, ahí continúan.

LAS CAUSAS Y LAS RAZONES

Me comprometí en comunicado pasado a explicar las casusas del primer motín, no crean que lo olvide; hoy confieso que he prolongado esta entrega a mis lectores por lo complicado que resulta ser neutral y porque es posible alguna represalia. Las causas no son como las informan los noticieros, las autoridades o podrían aceptar públicamente sus desatinos ni los presos amotinados tienen voceros para hacer lo propio. Además, no hay acontecimiento de la gravedad de dos motines continuos, que obedezcan a sólo una causa, son complejos y multicausales.

En el motín del 3 Abril, la gota que derramó el vaso fue el secuestro que los castigados en el dormitorio 2 hicieran de dos guardias para exigir a las autoridades el traslado de ellos mismos hacia otros penales, porque así se les había prolongado injustificadamente el castigo ─periodo de observación─ desde que los trajeron de otras prisiones del Estado. Esta acción de pocos fue aprovechada por muchos para exacerbar la revuelta. Antier, la válvula de escape fue el intento fallido de un encuentro y diálogo entre dirección y una multitud renuente, harta de castigos: medida única e intransigente para sancionar hasta la mínima infracción. Aunque algunos dicen, la causa fue que no abrían la llave, es decir, se acabó la marihuana y no había donde conseguirla.

En ambos casos hay causas que desembocan en la turbamulta. Es que la estructura social y forma de vivir fue trastocada por nuevas imposiciones, en las que no hay pactos ni opciones de transición.

Por cuatro años he visto cinco cambios de dirección, hasta éste último vi lo que es el amotinamiento, obviamente no es un hecho de generación espontánea, lo activó la nueva dirección y los nuevos comandantes, su beligerancia, su despotismo, su falta de tacto para atender a las personas. A ello de agregar el estado de sobre población que agudiza toda problemática, que encarece toda convivencia y posibilidad de vivir tranquilamente. A veces faltan alimentos, a veces faltan charolas. Las extorsiones y abusos para los reubicados o los nuevos ingresos están al orden del día, así como las riñas y agresiones por el pago de deudas derivadas sobre todo por el consumo de drogas. Y lo más importante, desde mi perspectiva: no hay nada que hacer, solo soportar el vacío, durmiendo, fumando, comiendo, cagando. La actividad laboral es mínima y exclusiva; la escuela limitada a una hora de clases con suspensiones permanentes; el deporte, prácticamente ausente, ─y lo poco que hay, como nuestro taller de box, es reprobado─; la biblioteca, mínima y generalmente ocupada en actividades distintas a la lectura. Todo ello a pesar de que esta cárcel fue certificada con estándares internacionales en el 2016. La gente, aún la delincuencia, o son vegetales a los que se les puede confinar en bodegas legumbres para que esperen pacientemente su libertad.

La cárcel es una república chiquita, en la que se forman o se inducen estructuras sociales, económicas, modas, movimientos, formas de ser y sobre todo formas de sobrevivir. Habiendo inercias que datan de lustros o décadas, en las que campea la corrupción y la concentración con el llamado “baile” o “chesco” ─dinero a cambio de concesiones─ es imposible meterla en el arco de un nuevo, único y ajeno criterio de dirección.

A los hierros y desatinados de dirección hay que sumar la sinrazón de los amotinados. Esa irritación que encuentra desfogue en la turbulencia y abre la puerta a la rapiña ─donde la presa de los depredadores son los más pasivos─ y a la destrucción, como actos que “hacen valer” a las personas dormidas, aburridas, dopadas. Esa cólera, porque las celdas de castigo están sobre saturadas, húmedas y llenas de torturas mutuas, extorsiones y abusos, como infiernos dentro del infierno. Sin razón, sin objetivo, sin estrategia, sin valores, únicamente sobrevivir, únicamente persistir en el resabio de eso que algunos llamamos dignidad.

Aquí la readaptación o la reinserción social son funciones penitenciarias improbables. Sin libros, revistas, ni diálogos o clases escolares que nos permitan mirar hacia afuera, a la realidad de la región o de nuestro país, estamos aislados, estrangulados en el flujo de la realidad, asfixiados en nuestro propio vaho nauseabundo.

Los que se dedican a delinquir y por ello están aquí, seguirán aprovechando las oportunidades que abre el disturbio, se someterán impúdicamente a quién tenga más poder que ellos, cederán su territorio y esperaran pacientemente a reactivar su microeconomía y su grupo de poder.

Los inocentes, sólo queremos salir de aquí, evitamos echar raíz, aunque estamos obligados a no enrarecer más nuestra propia casa. Queremos hacerla habitable provisionalmente, pero ni la autoridad, ni los amotinados nos marcan la pauta. Ellos saben que después del motín vendrá la madriza y los vuelos, nosotros no sabemos si en el próximo seguiremos vivos, si no nos arrebatará la vida el gas, los toletes, los fierros con punta o una granada.

¡Que florezca la libertad y que se multipliquen los caminos de lucha!

¡Nos faltan 43 + 3 más miles!

¡Hasta la victoria CNTE!

¡Feliz 10 de Mayo, Feliz 15 de Mayo!

Oscar Hernández Neri

Fuente: http://niunpresuntoculpablemas.org/2018/05/sobre-el-2do-motin-en-la-carcel/



Más información sobre el motin:

https://reporterosenmovimiento.wordpress.com/2018/05/08/motin-en-penal-molino-de-flores-en-texcoco/

http://edomexinforma.com/seguridadyjusticia/ss-mantiene-bajo-control-el-centro-de-prevencion-y-readaptacion-social-texcoco/

 

 

 

 

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