A cuentagotas va saliendo a la luz la verdad sobre la desaparición de los 43 estudiantes desaparecidos el 26 y 27 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero. Se han dado pasos importantes en México en el esclarecimiento de un crimen de Estado como el de Ayotzinapa, sin embargo, son insuficientes los resultados. A pesar de que la hipótesis del gobierno de la cuarta transformación señala que los jóvenes fueron asesinados y llevados al menos a tres lugares diferentes, en las búsquedas que se han realizado en esos sitios no han encontrado nada. Los únicos pequeños restos óseos que se han hallado son de los estudiantes Jhosivani Guerrero de la Cruz, Christian Alfonso Rodríguez Telumbre y Alexander Mora Venancio. No hay rastro de los normalistas.
Han pasado 9 años sin dar con el paradero de los 43 estudiantes. Las madres y los padres no sólo viven el tormento por la ausencia de sus hijos, sino que padecen la mentira de los gobiernos. No cuenta la verdad de las familias, sólo la narrativa de los gobiernos. Las autoridades tienen la responsabilidad de Estado de dar con el paradero de los jóvenes. Si su hipótesis de que fueron asesinados es real tendrían que entregar los cuerpos de los normalistas o demostrar científicamente su destino final. Además, aclarar plenamente lo que ocurrió y castigar a todos los responsables para que no se vuelva a repetir.
En los últimos meses las investigaciones en el caso Ayotzinapa no avanzan porque quedaron en el paredón del ejército mexicano. Lo inaudito es que el presidente Andrés Manuel López Obrador defiende a capa y espada al ejército, reduciendo la responsabilidad a unos cuantos elementos castrenses. El Grupo Interdisciplinario de Expertos y Expertas Independientes (GIEI), en su sexto informe señaló que el ejército no sólo había participado directamente en la desaparición de los estudiantes, sino que ha ocultado información que tiene el Centro Regional de Fusión de Inteligencia (CRFI). Mientras el presidente de México niega que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tenga más información porque afirma que ya se entregó todo.
En estos días Alejandro Encinas como presidente de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa (Covaj), informó que se encontraron 18 folios que las madres y padres habían solicitado, donde efectivamente el ejército tuvo conocimiento de lo que estaba sucediendo con la desaparición de los jóvenes y no hizo nada. También sabían de los infiltrados y de la desaparición de los normalistas. Es una muestra de que el ejército no había entregado toda la información y quedan pendientes cientos de documentos sin entregar. En este contexto hoy el presidente de la república informó la renuncia de Alejandro Encinas.
Las madres y padres sospechaban sobre “la renuncia de Alejando Encinas porque tocó uno de los puntos principales que nosotros estábamos pidiendo, creo que tuvo el valor de decir lo que tanto le habíamos insistido y con pruebas en las manos y eso le costó el puesto. Además, las amenazas del ejército y de otras personas. Para el presidente la Sedena ya entregó todo, y alardea de los poquitos culpables que están en la cárcel, solo que hay que recordar que no todos están por el caso Ayotzinapa, sino que algunos están por delincuencia organizada”.
“Siempre habíamos dicho que el ejército sabía, que el ejército tenía conocimiento de lo que había pasado con nuestros hijos. Poco a poco se fue descubriendo. Desafortunadamente el presidente descalifica a todos y no habla de la información del ejército. Es gravísimo lo que está haciendo porque descalifica hasta el GIEI, y los involucra con Álvarez Icaza, la OEA y la DEA. El presidente está haciendo pelear a los mexicanos entre los que creen en el GIEI y los que no creen. El modus operandi del presidente es el odio, el separatismo. Los que reciben apoyos lo defienden y los confronta con los que no reciben nada”, asevera don Mario González Contreras, padre de César Manuel González Hernández, estudiante desaparecido.
Para las madres y padres el material que pone a disposición Alejandro Encinas son pruebas y que el GIEI ya lo había dicho. Lo único bueno que ha trascendido es que dijeran que fue un crimen de Estado, y que el ejército tuvo mucha más participación.
“Como padres y madres tenemos que luchar porque el presidente no va a querer, él tiene su posición, pero creo que tenemos que platicar y poner la nuestra. Nunca hemos tenido las condiciones a nuestro favor, siempre hemos remado a contracorriente y creo que es momento de hacerlo de nuevo. Nos están atacando, dándonos otra versión histórica. Nuestra verdad es que quieren tapar y disimular que están encontrando la verdad, pero lo único que están haciendo es desinformar a la gente para que vean que están trabajando. Es evidente que quieren cerrar el caso”, dice don Mario.
Las madres y padres tienen claro que van a seguir luchando. El camino es sinuoso, pero siempre han salido adelante a punta de “fregadazos”. Ante la embestida del gobierno federal dijeron que sus “equipos son un gran apoyo, pero desafortunadamente un tipo como el presidente los desprestigia, les echa a la gente encima, pero creo que llegó el momento en que tengamos que defender con todo lo que ya tenemos del GIEI en las manos”.
“Ya basta, [afirma don Mario], sí fue el ejército. El presidente mismo dijo que limpiando las instituciones no se debilitan, se fortalecen. Sus mismas palabras le están haciendo heridas en su gobierno y lo están llevando al fracaso. Es una persona que tendría que habernos dado verdad y justicia, pero ni porque firmó el decreto respeta su palabra. Nuestros hijos nos esperan y tenemos que llegar a ellos para abrazarlos”.
Fuente: https://www.tlachinollan.org/la-verdad-sobre-los-43-en-una-encrucijada/