Realizan segunda caravana de los pueblos en defensa del agua

Saludos.

El Domingo 20 de Octubre, el Frente de Pueblos Originarios en Defensa del Agua, realizo la 2da caravana informativa en los comunidades aledañas a la zona donde se planea construir el Aeropuerto de Santa Lucia.

La principal preocupación de los vecinos es la situación del agua, ya que temen se intensifique la explotación del acuifero, poniendo en riesgo a todos,

no santa lucia

A continuación un vídeo explicativo con su postura

 

Fuente y más información en:

https://www.facebook.com/TampocoSantaLucia

https://www.sinembargo.mx/20-10-2019/3663495

Como complemento, el texto difundido por Hernán Correa Ortiz

sta lucia oculto

FALACIAS MAÑANERAS

A propósito del simbólico «Banderazo» a las obras del Aeropuerto en la Base Aérea de Santa Lucía

Triste día, hoy, por la serie de falacias que revisten el discurso del titular del Ejecutivo en torno a la justificación de la obra «Construcción de una aeropuerto mixto Civil/Militar con capacidad internacional en la Base Aérea Militar No. 1 (Santa Lucía, Estado de México), su interconexión con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y reubicación de instalaciones militares». Remito al interesado a que escuche la parte inicial de la conferencia mañanera del 17 de octubre, y propongo hacer un análisis de lo que se dice. Por mi parte, quiero argumentar por qué lo que dice López Obrador en torno a Santa Lucía está plagado de una serie de falacias:

1. Es falso que el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía, AISL o «Felipe Ángeles», sea una «solución» a la saturación en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, AICM o «Benito Juárez». De hecho, lo que significa este proyecto es una nueva concentración de la operación aeroportuaria, desde el momento en que se anuncia que llevará a cabo 190 mil operaciones al año, cuando el Aeropuerto Benito Juárez, actualmente, puede hacer 120 mil operaciones al año. Remito a los interesados a los únicos datos que disponemos para hacer esta afirmación, que están dentro de la Manifestación de Impacto Ambiental elaborada y presentada por la Secretaría de la Defensa Nacional, Sedena. Esto implicará, sin duda alguna, que el desarrollo urbano se dirigirá a una zona de la cuenca de México que no está apta para alojar la infraestructura que se necesita en una obra de esta magnitud. Se sabe que los aeropuertos son dinamizadores de las actividades urbanas, y si nos creen los remito al concepto de «aerotrópolis», que no es un negocio del gobierno anterior, sino una concepción geopolítica de cómo el capital requiere (?) de estos nodos de comunicación para su «desarrollo». Eso es la discusión de fondo, pero, en todo caso: el norte de la cuenca no es un territorio apto para tales fines. Tendría que transformarse dramáticamente, y eso es lo que ha puesto en pie de lucha a los pobladores de los Pueblos Originarios y a otros vecinos conscientes de lo que se vendría encima.

2. Dice López Obrador que Santa Lucía es una «respuesta» a la problemática ambiental que habría generado la construcción de un aeropuerto en el lecho del lago de Texcoco, en particular por los «hundimientos» del suelo. Pues bien, hemos denunciado públicamente una y otra vez que el suelo en donde se asienta la Base Aérea Militar de Santa Lucía es en su totalidad, se subraya: en su totalidad, suelo lacustre. La construcción del AISL no queda fuera de este riesgo. Lo que pasa es que la Manifestación de Impacto Ambiental, ha minimizado deliberadamente este riesgo. Ciertamente, la estructura geológica en la sub-cuenca de Texcoco no es idéntica a la de la sub-cuenca de Xaltocan, pero también es suelo lacustre, y esto se puede comprobar en la cartografía geológica y en la cartografía topográfica disponible en el INEGI, o simplemente, si el público interesado se atreviera a dar una vuelta por el lugar, podría observar que en época de lluvias estacionales en este lugar se presentan múltiples remanentes de agua. Es incontrovertible: Santa Lucía está asentado en una zona susceptible a hundimientos, debido a que está asentado en suelo lacustre, geológicamente. Se nos replica con sorna que si no sabemos que aquí existe un aeropuerto hace más de 50 años. Nosotros argumentamos: no es lo mismo el peso y el volumen construido en una base aérea que mantiene a una población establecida de 20 mil efectivos y realiza menos de tres mil operaciones aéreas al año, que un aeropuerto internacional que acogerá a una población flotante de 100 millones de pasajeros y 190 mil operaciones al año cuando esté en plena operación. Nuevamente, se remite al interesado a la manifestación de impacto ambiental presentada por Sedena.

3. El problema que existe cuando el presidente pretende justificar su obra, diciendo que aliviará una problemática endilgada al proyecto aeroportuario del grupo Atlacomulco es que oculta e invisibiliza una serie de problemáticas ambientales que supone el aeropuerto en Santa Lucía. Yo nunca he oído que algún funcionario se detenga en las probables consecuencias ambientales de esta obra, ni siquiera al eminente académico Víctor Manuel Toledo, hoy titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Semarnat. López Obrador, desde luego, no le dedica ni una sola palabra al tema en sus conferencias. Pero los problemas existen, se han denunciado en los foros de consulta implementados por la Semarnat, dado que ella misma ha considerado que el impacto de la obra es de carácter «regional». Sin embargo, la Semarnat decidió seguir la mismo estrategia de minimización e invisibilización de las problemáticas ambientales del proyecto AISL, al autorizar condicionadamente a un proyecto que: 1) tiene serios problemas para garantizar el abasto de agua a la población existente en sus zonas aledañas, 2) que como solución a lo anterior propone construir un acueducto desde el valle del Mezquital, y por ende incrementar el desbalance hídrico en la cuenca de México al proponer una solución que implica el transvase de cuencas, 4) que agudizará el problema de la contaminación de acuíferos y de tratamiento de aguas residuales en el norte de la cuenca, y 4) que perturbará significativamente la infiltración de los mantos acuíferos, los cuales actualmente están sobreexplotados y que abastecen no solamente a la población del norte de la cuenca de México, sino también a la Ciudad de México. Todo esto no se menciona. ¿Se conocen estas problemáticas? ¿Se discuten? Por supuesto que ni se mencionan tampoco los otros efectos perturbadores del medio ambiente, y que para no cansar al lector sólo enumeraremos: 1) la explotación de bancos de materiales en los cerros aledaños, 2) la inexistencia de lugares para disposición de residuos sólidos, 3) el ruido, 4) la contaminación atmosférica, 5) las consecuencias negativas para un hábitat donde pasan más de un centenar de especies de aves, muchas de ellas migratorias.

4. Dice López Obrador que el aeropuerto en Texcoco iba a significar un «negocio inmobiliario». Y nos preguntamos, ¿acaso no está ocurriendo lo mismo actualmente sobre la porción norte de la cuenca de México, compuesta principalmente de zonas agrícolas, terrenos ejidales y pequeñas propiedades de la periferia urbana? ¿O pretende que pensemos que Santa Lucía no va a implicar un negocio, sino, solamente, una noble empresa bajo la rectoría del Estado y construida por los ingenieros militares? Mucho tendrá que moverse la conciencia pública del lugar en donde se encuentra hoy para salir del lugar común que se repite una y otra vez, y que reza de la siguiente manera: el interés público c’est moi, y por lo tanto yo (Estado) estoy por encima del interés particular. Es decir, lo que fundamenta el discurso de López Obrador es que toda oposición al aeropuerto es un «interés particular». Eso es una gran falacia.

5. Seguidamente, dice el presidente que los amparos que se han interpuesto son «un despropósito». Desafortunada expresión que no ayuda a la construcción de un estado de derecho. Se le escapa decir que todas las acciones legales son legítimas, y no solamente eso, sino que cada una de ellas puede estar fundada y motivada en modos diferentes. Explico: algunos amparos pueden estar motivados sobre la razón explícita de que el negocio debe volver a Texcoco, porque ya se inció su construcción. Pero otros amparos, de hecho están fundados y motivados en reclamo a que no se realizó la consulta previa, libre, informada, culturalmente adecuada y de buena fe, que es un derecho que le asiste a los Pueblos Originarios que están situados en el entorno regional y que será directamente, subrayo: directamente, impactado. Además, por el derecho que le asiste a estos Pueblos Originarios, como a cualquier ciudadano de tener un medio ambiente sano, y también porque demostradamente este proyecto estará vulnerando su derecho al agua de estos pueblos. Por eso decimos: López Obrador habla de los amparos que promueven los de arriba, pero no dice ni mú de los amparos que promueven los de abajo, es decir, los Pueblos Originarios, es decir, quienes desde tiempo atrás se han opuesto a los megaproyectos de infraestructura en la cuenca de México porque han sido quienes han resentido sus efectos adversos, y que nunca han sido favorecidos por la justicia. Me refiero a los de abajo, a los «más humildes», aquellos a quienes López Obrador dice favorecer.

6. ¡No, señor presidente! Los amparos promovidos desde los pueblos no son un «despropósito», ni caben en el mismo cajón de los amparos promovidos por Mexicanos contra la Corrupción. Estos amparos son un recurso legítimo para quienes históricamente han resentido los efectos adversos de los megaproyectos. Y por eso hay que decirlo con toda claridad: la decisión judicial de negar la suspensión de una obra fundamentada en el argumento de que se trata de un espacio cobijado por razones de «seguridad nacional» no se sostiene en justicia. Reiteramos, no se sostiene. El aeropuerto es una obra de infraestructura que la propia instancia de gobierno encargada de evaluar su impacto, es decir la Semarnat, ha dicho que implica un impacto «regional». Figurémonos lo siguiente: es como si alguien dijera que en «su» casa, en su espacio vital, es soberano y nadie puede, por ninguna razón, interferir en lo que hago y decida. Pero resulta que si lo que esa persona hace en «su» casa es acaparar toda el agua, de la que también disponemos los otros vecinos, o hace un ruido ensordecedor, o viola los más elementales procedimientos para la convivencia pacífica, ¿está plenamente justificado por el argumento de que está en su dominio? ¿Es esto el argumento de «seguridad nacional»? ¿Este es el «interés publico»?

Ahí queda un problema para los que deciden la justicia.

7. Por último, aunque hay más. Dijo López Obrador que en 2021 el nuevo aeropuerto estará funcionando. ¿Pero, cómo? Si ni siquiera se conoce el Plan Maestro de Obra, que es obligación conocer. Si la interconexión se limita a la construcción de unas vías [que por cierto, en su gran mayoría ya existen, y están concesionadas a la empresa OHL]. Que conectarían el nuevo aeropuerto con los aeropuertos ya existentes. Los usuarios de los aeropuertos deberían estar interrogándose cómo desplazarse a Santa Lucía en una hora pico, en la cual todo el mundo va o regresa de sus trabajos entre la Ciudad de México y la periferia urbana en Ecatepec, Tecámac o Coacalco. ¿Qué ruta va a utilizar? ¿Cuánto tiempo calcula que va a utilizar? ¿Cuánto va a gastar? Esta obra es inviable. Es inviable desde el punto de vista que con la infraestructura existente es imposible que opere adecuadamente sin que el desplazamiento hasta allá sea un obstáculo. La razón es que esta periferia urbana ha sido invisible para la ciudad, y ahora que aparece como el lugar en donde existe «la solución para la saturación del aeropuerto» nadie que uno pueda notar en la discusión pública se ha preocupado por cómo se integrará a la ciudad. Sino que parece que este banderazo es una provocación para que empiece un proyecto, que no conocemos, y que aparentemente se realizará al inveterado modo del «ahí se va».

#NiEnSantaLucíaNiEnTexcoco
#AguaSíAvionesNo
#PorqueLaCuencaNoAguantaUnMegaproyectoMás

POSDATA. La imagen que acompaña esta publicación es tomada de Google Earth, y se incluye a propósito de la aclaración dada en días recientes de parte del Gobierno en el sentido de que ellos no han promovido censura alguna de las imágenes satelitales del espacio de la Base Aérea Militar. ¿Ustedes creen?

CODA. Muchos se creerán las falacias. Otros se pondrán a estudiar el caso: con estos últimos lucharemos juntos.



https://www.youtube.com/watch?v=2smkdifIY1E

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