Fuente: rotativo.com.mx
México, 15 Ago 09 (EL UNIVERSAL).- Al charlar con Yvonne Limón, uno puede distinguir entre la maleza de sus palabras, a una mujer cuyas ideas están bien plantadas, y además sabe expresarlas.
Es pintora y conoce el oficio como pocas. Es más, también reconoce el de aguerrida. “Dirijo una escuela en la zona de San Vicente Chicoloapan”, dice en entrevista con esta casa editorial.
Actualmente, comenta, es consciente de que “el arte puede ayudar a cambiarle el mundo a la gente; su perspectiva de vida“.
Es por ello que trabaja con grupos vulnerables de esa populosa zona del estado de México —fue la primera precursora de una ludoteca en ese lugar—, cercana a Chapingo, Texcoco y Los Reyes…, al oriente de la ciudad de México.
La vida profesional para esta egresada de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, ha tenido sus altibajos porque como ella misma acota “las cosas en 1997 estaban muy complicadas”.
Ese año, tomó un poco de esperanza, pinceles, óleos y se marchó a Estados Unidos; hizo contactos y en cuanto pudo llegó a Nueva York.
“Ahí Adolfo Carrión, alcalde del condado del Bronx, me permitió hacer una exposición, ¡en su oficina! y luego le pedí un espacio para hacer obras de mayores magnitudes, y me ofreció la escuela. Imagínate; aproveché y pinté un mural”.
Así rememora esa fructífera estancia, con un brillo en la voz; gracias a la participación de estos apoyos, los cuales se extendieron a Brooklyn, Manhattan y Queens.
“Cuando los directores de otras escuelas vieron mi trabajo; me pidieron que hiciera algo similar en las suyas”.
En ese tenor, comparte una visión que le ha arrojado la experiencia. “En nuestro país sino perteneces a un grupo de artistas, o no estás finada, nadie te hace caso; no te pelan, no te abren espacios. Poco a poco he tenido que ganarme por mí misma esos espacios y además fuera de México”.
De manera alterna, Yvonne Limón trabaja en otros proyectos, los cuales, la mantienen ocupada. Además, adelanta, está por iniciar otra escuela la cual “me permitirá enseñar disciplinas como performance, artes plásticas, teatro, danza”. De hecho ya está en la fase de la creación de los planes de estudio. “Esa escuela se sumará a la tradicional”. Es algo así como un programa piloto, pero ya ha encontrado eco en instituciones de educación pública.
Oriunda de la delegación Xochimilco comparte con orgullo su propuesta mejor afinada. “El grupo de mujeres con el que trabajo se llama Guuna Zzuin, que en lengua zapoteca quiere decir: Mujeres trabajando”.
Autodefinida como expresionista, abstracta y urbana, Yvonne Limón revela que “enseñé a varias niñas de San Vicente y me las llevé a la ciudad de Nueva York, trabajamos muy bien y dieron a conocer sus trabajos”.
Y al mismo tiempo, agrega que les mostró mundos posibles, diferentes a los suyos, en los que han vivido, donde la marginación es moneda de cambio.
El hecho de que esta pintora trabaje en grupo no tiene ciencia. “No puedes luchar sola. Además el artista debe tener siempre una postura social de su entorno”, y en ese sentido “cumplir con su legado como ente artístico. Hacer de su labor un compromiso social”.
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Para complementar un poco más el articulo habría que recordar “los niños pintores de Chicoloapan ” y el mural “Diez miradas bajo el sol de Chicoloapan “
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