Oficialmente, la temporada de lluvias inicia a las 12:00 horas del 23 de abril pero mientras tanto se espera que las precipitaciones pluviales nutran los mantos acuíferos y las presas puedan recargarse, la población de zonas marginadas es la que más padece por el abasto de agua. En San Vicente Chicoloapan, los habitantes tienen que pagar hasta siete pesos por un tambo para contar con el vital elemento.
Josefina Peralta tiene su domicilio en la calle Revolución manzana 2, lote 68 de la colonia Lomas de San Sebastián.
Ella compra una dotación semanal de 10 tambos a siete pesos cada uno a una pipa comunitaria que abastece a la colonia donde viven unas 5 mil personas, para satisfacer las necesidades de su esposo y dos hijos adolescentes.
“El tambo nos cuesta entre cinco y siete pesos, pero los particulares lo venden en 10 pesos”.
Ella llegó a vivir a la zona que se encuentra ubicada en la parte alta, a 20 minutos de la carretera federal México-Texcoco.
El sol pega inclemente en este lugar, donde de igual modo el polvo se levanta al paso de los vientos. La época de estiaje en esta franja se siente con mayor intensidad, ante la falta de vegetación.
“Prefiero vivir en este lugar aunque es considerado todavía como irregular, a estarr rentando y pagar una deuda con arrendadores toda mi vida; en lugar de rentar, prefiero mil veces mi casa”, recalcó Josefina Peralta.
La autoridad aún no imagina introducir los servicios básicos en esta parte del Estado de México, que de acuerdo con el municipio de San Vicente Chicoloapan, pertenece a Los Reyes La Paz, que se hizo cargo de gobernar la zona; sin embargo, la Legislatura local no ha definido los límites territoriales.
“Va a tardar mucho para que se introduzca la infraestructura hidráulica, drenaje y pavimentación, amén de la electrificación” dijo por su parte Hermenegildo Torres, uno de los iniciadores de la colonia que fue fundada hace 20 años.
Consideró que el líquido que reparte la pipa comunitaria que abastece a los pobladores de la colonia, es limpio porque no ha causado enfermedades.
“El agua que consumimos la extraen de un pozo de San Vicente Chicoloapan; viene muy limpia, la ocupamos para bañarnos y lavar la ropa entre otras necesidades, pero para tomar, compramos de garrafón”.
Fuente: milenio