Saludos.
Gracias a la “nueva imagen urbana”, promovida por administraciones municipales anteriores,las zonas de cultivo se han ido reduciendo paulatinamente.
Al darle en toda la Mother..nidad a los campos de cultivo, “si bien les va”, se convierten en canchas de futbol, basureros clandestinos, depósitos de autos robados, terrenos baldíos, etc…
Yo siempre me pregunte, ¿porque los campesinos no venden sus productos en el pueblo, colonias o unidades?.
En principio sería más barato, pues no se necesita todos los intermediarios. ¿o no?
A propósito, ¿Ya funcionará la central de abastos de Chicoloapan?
Recuerdo, cuando antes algunos vecinos acudíamos a los campesinos directamente a comprar cosas como alfalfa.
Esporádicamente he visto pequeños esfuerzos de algunas pequeñas granjas, donde pasaba un señor a vender leche de vaca a las colonias, pero hace algunos años dejó de pasar.
Ah! y por cierto, hay un lugar que admiro, y les recomiendo mucho acudir a comprar ahí. En Auris, hay una “cuchilla”, donde termina la Av Prolongación Moctezuma, a la altura del CEAJA Revolución, justo frente a la Escuela de Bellas Artes. donde ¡¡¡hay cultivos en medio de la mancha urbana!!!, y los mismos campesinos venden el producto de su cosecha.
En la jornada publican una nota donde hablan sobre el tema:
Zuriel Sánchez invirtió 15 mil pesos para sembrar con sorgo las cinco hectáreas que tiene en el ejido Jantetelco, Morelos, pero ante el desplome del precio por tonelada sólo obtuvo 13 mil 500 pesos; ahora tiene que buscar otras actividades para el sustento de su familia. “Es una situación muy complicada. Quiero continuar como agricultor, pero con estos precios…”, no concluye la frase.
Al igual que él, cientos de pequeños agricultores del país están en la disyuntiva de abandonar sus parcelas, rentarlas o venderlas, pues el precio para este grano es de 2 mil 700 pesos por tonelada, mil pesos menos que hace dos años. Las ganancias mínimas que lograron hace dos años –12 mil 500 pesos anuales– se convirtieron en deudas.
Situación similar afrontan los productores de frijol, quienes reciben seis pesos por kilo; los de maíz, 2.60 pesos, y los de café, tres pesos, si es que logran que los intermediarios o coyotes se interesen por sus cosechas.
…en Zacatecas los intermediarios impiden a los campesinos llegar directamente a los centros de acopio
…es más vergonzoso que el gobierno no castigue las acciones de especulación de los coyotes y grandes comercializadoras y se limite a decir que son las leyes del mercado
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Continúa en: http://www.jornada.unam.mx/2014/01/24/sociedad/038n1soc
¿Qué opinas?