Toluca, Estado de México, 8 de febrero de 2021. Derivado de la pandemia por COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que en el mundo existen tres tipos de crisis, la sanitaria, la económica y la psicológica, esta última por diversos factores como el aislamiento, dificultades económicas, incertidumbre, miedo al contagio y el duelo por la pérdida de un ser querido.
Al respecto, Rafael Ortega y Ruiz de Chávez, psicólogo del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM) detalló que durante los últimos siete meses se han incrementado de forma muy importante los trastornos de ansiedad, pues cada vez los círculos más cercanos en la familia se han contagiado y algunos incluso lamentablemente han perdido la vida.
Agregó que el hecho de que los niños y adolescentes vean a sus padres que están pasando por una crisis psicológica y los vean preocupados, nerviosos y angustiados, provoca que ellos mismos tengan inseguridad por la vida.
“El cambio en la forma de vida no sólo afecta a los adultos, sino también a los niños, pues han perdido rutinas que son importantes para su desarrollo, como jugar con amigos, salir al parque, ir al colegio, estar en contacto con sus abuelos, tíos, etcétera”.
Explicó que el confinamiento ha hecho que los niños pierdan su capacidad de concentración, ya que presentan mayor sensación de soledad, se enojan con facilidad o manifiestan alteraciones del sueño: despiertan con miedo, llorando y con temor a la oscuridad.
Por otra parte, indicó que durante la pandemia algunos niños, debido al temor al contagio, aprendieron que el contacto físico es peligroso e incluso se han obsesionado con la limpieza y los rituales de lavado de manos.
“En algunos otros casos, aunque el confinamiento ha favorecido el acercamiento entre padres e hijos, también ha acrecentado los conflictos intrafamiliares ya existentes”, agregó.
Al respecto, el especialista informó que para ayudar a los hijos a estar más tranquilos, se debe brindarles más cariño, compañía y sobre todo hacerles ver que las personas que quedan cerca de ellos les van a dar seguridad y bienestar para seguir adelante.
Añadió que para fortalecer la integridad familiar, es importante realizar actividades en familia como leer un libro adecuado para todos, divertirse con juegos de mesa, cocinar juntos, tocar algún instrumento musical o compartir sus emociones.
Para finalizar, enfatizó que aunque no se puede tener contacto físico, sí se puede contar con la tecnología para convivir virtualmente con amigos y familiares; por lo que recomendó no aislarse, ya que, aunque esto es una medida transitoria para no enfermar, el ser humano es social y la conexión ayuda a aliviar la angustia y mitigar el estrés.