Saludos.
Como consecuencia de la urbanización salvaje, promovida por los gobiernos pasados del PRD y actualmente del PRI (Andres Aguirre – Mario Rojas), los ciudadanos pagamos con nuestro dinero, tiempo de vida y salud, las consecuencias.
De acuerdo con la jornada…
En la ciudad de México millones de trabajadores pierden entre 5.5 y 11 días de trabajo al mes al destinar de dos a cuatro horas diarias para transportarse de sus casas a sus centros laborales y de regreso.
Si se considera que en promedio cada persona trabaja 176 horas mensuales y usa dos horas diarias para transportarse, en términos económicos eso equivale a 25 por ciento de su salario mensual o a 50 por ciento, si emplea 88 horas en su traslado.
José Lara Pulido y Gabriela Estrada Díaz, académicos de la Universidad Iberoamericana, señalan lo anterior en la investigación Los costos de la expansión urbana: aproximación a partir de un modelo de precios hedónicos en la zona metropolitana del valle de México.
Otros costos directos e indirectos del crecimiento urbano que señalan los investigadores son de tipo ambiental y social. Entre los primeros se encuentran la presión sobre los bosques aledaños y la fragmentación de sus ecosistemas, con la consecuente pérdida de los servicios que proveen, como infiltración de agua.
En cuanto a los sociales, detectaron que en nuevos desarrollos habitacionales que se han construido en la periferia, su distanciamiento o aislamiento de la mayoría de los asentamientos urbanos los hacen carecer de servicios de seguridad pública, situación que los torna vulnerables debido a que algunas bandas criminales instalan ahí casas de seguridad.
…los desarrolladores inmobiliarios eligen construir en zonas alejadas
donde el metro cuadrado de tierra prácticamente no vale nada. Los costos que ellos no asumen los traspasan a los futuros ocupantes de esas casas (generalmente de interés social),Para disminuir los costos de la expansión urbana, los economistas sugieren castigar a los desarrolladores inmobiliarios que construyan en las zonas alejadas de la metrópoli.
Entre más alejadas de los centros de trabajo estén las viviendas, señalan, el castigo tendría que ser mayor –vía impuestos– para el desarrollador que las edificó.
Continúa en: http://www.jornada.unam.mx/2015/07/18/sociedad/035n1soc