Alberto Talavera Rojas, va más allá de la medicina homeopática tradicional.
Estudiante del 8° semestre de la carrera de Medicina Homeopática en el IPN. Aplica el metódo del Dr. Proceso Sánchez Ortega, atiende al paciente con profesionalismo, esmero y con la calidez que todo buen médico debe guardar.
Originario de Chicoloapan, Alberto Talavera Rojas, con 26 años de edad, cursa el 8° semestre de la carrera de Medicina Homeopática en la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía del Instituto Politécnico Nacional, (IPN).
Alberto Talavera, goza del ejercicio de su otra carrera, la de técnico en enfermería general, grado que obtuvo en el Centro de Estudios Técnicos, Industriales y de Servicios, en San Miguel Tlaixpan, Texcoco, México. Con los recursos que obtiene de la prestación de sus servicios como enfermero, sostiene sus estudios superiores de homeopatía.
Nació un 21 de noviembre en una clínica de Ciudad Netzahualcoyotl; sin embargo, el se considera hijo de Chicoloapan, toda vez que el llegó a su casa a las horas de haber visto la luz. Radica desde entonces en la Colonia San José, del populoso municipio. de Chicolopan, desde donde se traslada diariamente a Zacatenco, México, DF, lugar en que se localiza la sede del IPN, alma mater de este joven valor de la medicina homeopática.
De mirada serena, atiende a sus pacientes con la calidez que todo buen médico debe guardar. Toma la historia clínica, pero antes dice: “platíqueme como ha sido su vida” y ahí empieza la crónica de una vida que ha colocado al paciente en el estado en que se encuentra. Todo, o casi todo parece ser consecuencia del estado mental con que las personas han llevado su vida. Los excesos, las angustias, la ansiedad, la depresión y hasta enfermedades como la hipertensión, la diabetes o enfermedades de la piel, tienen su origen, en su gran mayoría, en una deficiente salud mental.
¿Cómo quiere vivir los próximos años? Especta al paciente, después de haber dialogado con el por más de dos horas. “Razone como quiere vivir. Qué quiere hacer. Hasta dónde quiere llegar” Así, contunde se expresa sobre muchos temas que el ser humano evade. Asuma su papel en la vida y juegue estando tranquilo y hasta feliz.
El ejercicio profesional que hace, a pesar de estar en 8° semestre de la carrera, va más allá de la medicina tradicional. Para Talavera Rojas, el ser el hijo mayor de tres hermanos, y gozar de una familia integrada, donde el padre tiene el oficio de herrero, lo ha llevado a interesarse por conocer el pensamiento del paciente y ligarlo con los padecimientos por los que es consultado.
Después de tomar la presión arterial y una breve auscultación, el galeno en ciernes, prepara el medicamento, los conocidos coloquialmente como “chochos” y en una receta genérica deja las instrucciones. Dice: “es un proceso. Usted pone de su parte el cambio de pensamiento y mejora su salud mental y con los glóbulos ayudamos a la recuperación de su salud física”. Y agrega: “por favor siga puntualmente las recomendaciones”.
El servicio de consulta a domicilio es espléndido. La crónica de la vida del paciente y la historia clínica está ya en el disco duro de su lap top, con displicencia guarda sus arreos de trabajo, dejando al paciente tras de si, sumido en una profunda reflexión sobre las causas de sus males, pero más allá aún, por qué razón adopto esas conductas que lo han llevado a tener padecimientos o disfunciones en su salud física.
Alberto Talavera Rojas, apuesta a la homeopatía ortodoxa, como le llama, la misma que practicó con mucho éxito en miles de pacientes el emblemático Doctor Proceso Sánchez Ortega. Uno de sus discípulos es catedrático de este joven chicoloapense que se revela como una promesa de la medicina homeópatica.
Fuente: AlianzaTex